viernes, 8 de julio de 2011

la adolescencia

¿QUE ES LA ADOLESCENCIA?




Una característica fundamental que diferencia al hombre de las otras especies animales es que entre su nacimiento y el logro de su plena madurez debe transcurrir un largo período de crecimiento y aprendizaje.
Dentro de ese desarrollo vital, la adolescencia es un período que tiene sus antecedentes en la infancia y tiene consecuencias en la vida adulta posterior. Así pues, la adolescencia consiste más en un proceso, en una etapa de transición, que en un estadio con límites temporales fijos. Sin embargo, es indudable que los cambios que ocurren en este momento, cuantitativamente, se dan en una proporción acelerada y, cualitativamente, asistimos al desarrollo de una nueva organización de la personalidad psicológica y social, acompañada de nuevas necesidades, motivos, capacidades e intereses. Por esta razón, puede resultar útil hablar de la adolescencia como un período diferenciado, dentro del ciclo vital del ser humano.
La adolescencia comienza con la pubertad, es decir, con una serie de rápidos cambios fisiológicos que desembocan en la plena maduración de los órganos sexuales y la capacidad para reproducirse y relacionarse sexualmente.
Como hemos dicho anteriormente, los cambios biológicos marcan el inicio de la adolescencia, pero ésta no se reduce a ellos, sino que se caracteriza además por significativas transformaciones psicológicas y sociales.
El análisis de la naturaleza de estas transformaciones depende de la perspectiva teórica que se adopte.
Resumiremos, a continuación, la posición psicoanalítica, la posición psicosocial y la posición piagetiana respecto a la adolescencia.


Teorias sobre la adolescencia


Para la teoría psicoanalítica, en concreto Freud, la adolescencia es un estudio del desarrollo en el que, debido en gran parte a los cambios fisiológicos que acompañan a la pubertad, brotan los impulsos sexuales y se produce una primacía del erotismo genital.
Esta fase del desarrollo, la fase genital, supone, por un lado, revivir los conflictos edípicos infantiles y, por otro, la necesidad de resolverlos con una mayor independencia que los progenitores y un cambio en los lazos afectivos hacia nuevos objetos amorosos. La fuerza de las pulsiones que surgen durante la pubertad hace que se produzca una vulnerabilidad acentuada de la personalidad. Esta debilidad de la personalidad requiere el empleo de diferentes mecanismos de defensa, entre ellos la intelectualización y la sublimación, para enfrentarse con la ansiedad y la inseguridad.
La inadecuación de estas defensas psicológicas a la intensidad de los conflictos puede ser el origen de un comportamiento mal adaptado. Por esta razón, el psicoanálisis mantiene una concepción de la adolescencia como una etapa en la que se produce una mayor proclividad hacia los fenómenos psicopatológicos.
Sin embargo, esta opinión no es compartida por otros autores psicoanalíticos.
Para Erikson, la adolescencia «no constituye una dolencia, sino una crisis normativa, es decir: una fase normal de incrementado conflicto, caracterizada por una aparente fluctuación de la energía del ego y asimismo por un elevado potencial de crecimiento». La tarea más importante del adolescente, según este autor, es construir una identidad coherente y evitar la confusión de papeles.
La difusión de la identidad puede llevar al aislamiento del joven, su incapacidad para planear el futuro, a una escasa concentración en el estudio, o a la adopción de papeles negativos por simple oposición a la autoridad.
Como hemos visto, los análisis psicoanalíticos se han centrado en la influencia de los factores internos en el desarrollo de la personalidad.
Por su parte, la visión psicosociológica de la adolescencia subrayará la influencia de los factores externos. Así, la adolescencia, en el sentido sociológico, se refiere a la experiencia de pasar a través de una fase que enlaza la niñez con la vida adulta. En este paso, el adolescente, teniendo en cuenta los cambios de todo tipo que se producen en su persona y las nuevas demandas de la sociedad hacia él, debe desarrollar nuevos papeles sociales. La chica de 13 ó 15 años no es una niña, pero tampoco es una mujer adulta. Su estatus social es difuso y sin etiquetas claras. Las expectativas sociales sobre su papel son ambiguas y puede que, en determinadas situaciones, encuentre dificultades al tener que decidir si se comporta como una niña o una adulta.



Los adolescentes de las sociedades industriales occidentales no cuentan con ritos de paso que les sirvan de guía para integrarse en la vida adulta. Esta falta de expectativas y guías claras por parte de los adultos puede resultar problemática para el joven a la hora de adaptarse a las nuevas exigencias y responsabilidades. Al mismo tiempo que desarrolla un nuevo papel social, el adolescente debe buscar la independencia frente a sus padres. Esta búsqueda de una nueva situación social genera también ansiedad e inseguridad, y, frente a los deseos de independencia, se crea contradictoriamente una necesidad mayor de dependencia de los demás y de que éstos apoyen la visión que está creando sobre sí mismo. Esto significa que, el paso del individuo por la adolescencia, estará afectado por las expectativas mantenidas por las personas de su entorno inmediato que él considera importantes.
Las dos concepciones anteriores subrayan los componentes afectivos y sociales. A su vez la posición piagetiana señalará la importancia del cambio cognitivo y su relación con la afectividad. Las nuevas capacidades intelectuales, que se desarrollan durante el período de las operaciones formales, abren la posibilidad de elaborar teorías basadas en una reflexión no sólo sobre lo concreto real sino sobre lo abstracto posible, y capacitan al adolescente para planificar su programa de vida y presentar alternativas a la sociedad actual.
En este momento, surgen, con mayor ímpetu que nunca, las críticas y las reflexiones sobre la religión, las ideologías políticas o los sistemas de autoridad vividos en la familia y la escuela. Este recién estrenado poder del pensamiento hace que el adolescente caiga a veces en un nuevo egocentrismo intelectual, es decir, que confíe excesivamente en el poder de la ideas. Para el adolescente, pensar en cambiar algo es ya cambiarlo, teorizar es aplicar ya esas ideas a la sociedad. La dificultad de las transformaciones sociales la encontrará el adolescente cuando se integre realmente en la sociedad adulta y cuando los avances en su desarrollo le permitan buscar una coordinación mejor entre teorías y hechos.
Elkind, autor de orientación piagetiana que ha realizado relevantes estudios sobre este período, ha formulado otros dos aspectos de este egocentrismo adolescente: la audiencia imaginaria y la fábula personal. La audiencia imaginaria supone la obsesión del adolescente por la imagen que los demás poseen de él, la creencia de que todo el mundo le está observando. La fábula personal se refiere a la tendencia de los adolescentes a considerar sus experiencias como únicas e incomprensibles por otras personas.

la adolescencia un tiempo de conflictos



En general, las diferentes teorías psicológicas que hemos expuesto enfatizan los problemas que recorren esteperíodo, ya sea el surgimiento de nuevas pulsiones, la necesidad de crear nuevos papeles, o la adaptación al nuevo poder del pensamiento. Todos son nuevas tareas que es necesario acometer y en las que se puede fracasar.
Esta consideración de la adolescencia, como período «tormentoso» de la vida, se remonta a los primeros trabajos científicos sobre el tema. Así, desde el estudio de Stanley Hall a principios de siglo, esta etapa ha venido siendo descrita como de «tormenta y tensión» y con cierta proclividad a la aparición de fenómenos patológicos.
Sin embargo, esta imagen de la adolescencia no parece concordar con los resultados de las investigaciones realizadas a partir de los años 60, y algunos autores (Weiner, 1970) se atreven a afirmar que «el adolescente típico es un individuo razonablemente adaptado, cuyo funcionamiento cotidiano se ve mínimamente impedido por una incapacidad psicológica».


Problemas de la adolescencia

Los valores en la adolescencia, al igual que otras cosas, son todo un tema. Si bien es verdad que hay valores, no son los que deberían estar presentes y que deberían fomentar los educadores(padres y profesores en gral.). Los valores actuales son entre otros:
  • El ocio: Nadie quiere esforzarse pero todos quieren tener. El que tiene muchas actividades y se interesa por ellas es un “gil” y el que no hace nada y ninguna actividad lo motiva es un “capo”.
  • La ignorancia(aunque parezca increíble): Relacionándolo con el punto anterior podemos afirmar que el que no se interesa por nada es, cada día que pasa, mas ignorante. Entonces el que no se interesa por nada no aprende nada, el que no aprende nada no sabe nada, el que no sabe nada es un ignorante, y el ignorante es, como ya lo dije, un “capo”.
  • La estupidez(que no es lo mismo que ignorancia): Alguien puede ser muy inteligente académicamente pero a la vez ser una persona muy estúpida. ¿Cómo es esto posible? Si bien alguien puede ser muy instruido puede se deja influenciar por los valores incorrectos. Ej: Un joven que no se lleva ninguna materia a rendir en Diciembre pero que asegura que a los profesores les hubiera gustado verlo fracasar. Que se eximió con uno de los mejores promedios pero que no se esfuerza por mejorar y aplicar lo aprendido a la realidad actual. O el peor caso de todos, el que estudia para aprobar y cuando sale de la escuela los problemas mas importantes son si su equipo de fútbol ganó la última fecha o si se puede pelear con el vecino que le parece que lo miró mal el otro día.
  • El machismo(aplicado a los dos sexos): Pretender que el que pueda pelear mas fuerte y romper cosas ajenas sea un modelo de popularidad es algo verdaderamente preocupante. El que pueda faltarle el respeto a los adultos y a sus congéneres de una forma mas “original” e insultante va a ser el líder de su grupo y esto es una cultura típica de nuestro país.
  • La incultura: Aquel que pueda hablar peor, con la cantidad mínima de palabras, con errores gramaticales, el que se ríe del que leyendo un libro se entretiene, o del que prefiere escuchar Johan Sebastian Bach o Ludwig Van Beethoven en lugar de cumbia villera es un adolescente típico de hoy, y eso es algo aterrador.
En resumen: para ser hoy un adolescente popular y “normal” hay que ser vago, ignorante, estúpido, desconsiderado, hostil, violento e inculto.
2.-
Los ideales son resultantes de los valores. Con los valores correctos una persona se orienta hacia los ideales correctos y sabe como defenderlos. Pero si una persona, por citar un ejemplo común, se llama a sí mismo partidario de las ideas socialistas porque el Che Guevara fue guerrillero Comunista y Maradona afirma que el Che es el verdadero prócer argentino, olvidando a José de San Martín que nos liberó del imperio Español y no se olvidó de nuestros hermanos iberoamericanos o a Domingo Faustino Sarmiento que a pesar de muchas cosas incorrectas educó al pueblo argentino y se encargó de que las generaciones futuras tengan acceso a la educación publica gratuita... y sin desmerecer con estas declaraciones los méritos de Ernesto “Che ” Guevara; o peor aún: venera al Che pero se manifiesta en contra del comunismo, deberíamos preocuparnos por la actualidad de la generación adolescente y por las generaciones futuras debido a la incoherencia que la está afectando.
Como adolescente me propongo a mí y a mis congéneres adoptar los ideales básicos: la libertad, la justicia, la educación, la cultura, la democracia, etc. Pero insto a no hacer bandera de ello ni a desmerecer los ideales ajenos.
3.-
Los modelos a seguir que adoptó la adolescencia argentina son: jugadores de fútbol(no desmerezco la profesión, al deporte ni a los jugadores, simplemente opino que buscar la fama y la fortuna por el camino fácil es lo que motiva a los jóvenes a idolatrar a los jugadores de fútbol), o grupos de cumbia villera que hacen apología de la droga y del delito, o grupos musicales que enarbolen rebeldía sin causa y sin fundamentos, o grupos musicales que no tienen otro objetivo mas que vender discos y están ausentes de todo tipo de ideologías de cualquier tipo que llevan a los adolescentes a vivir en un mundo incierto ajeno a la cruel realidad que hoy afecta al mundo, o personajes de actualidad que sean partícipes de un escándalo, etc. Cualquier modelo que se relacione con el esfuerzo, el trabajo, la justicia, la paz, etc. son olvidados por la juventud. Esto se explica por la falta de valores e ideales.
4.-
El interés en la actualidad denota responsabilidad ciudadana. Relacionando esto con los puntos anteriores encontramos el principal problema de nuestro país. Los adolescentes con acceso a la educación le restan interés e importancia a las verdaderas problemáticas actuales como el hambre, la injusticia, la falta de moral, etc. y priorizan la diversión desmedida, el descontrol, la falta de responsabilidades y los excesos de todo tipo.
5/6.-
Si no hay interés en los problemas actuales, no hay un verdadero interés en encontrar soluciones. Es el caso de nuestro país, mientras podamos divertirnos los demás problemas desaparecen. Ese es el concepto que trajo a nuestro país a la situación actual y va a ser el causante de la destrucción mundial, ya que mientras nosotros nos divertimos con cerveza, marihuana y mujeres, los que tienen el verdadero poder se encargan de asegurarse el poderío empobreciendo al resto del planeta haciéndolos incultos y “muy divertidos”, hasta que un buen día las posibilidades de divertirse desaparecen y es ahí donde ponemos el grito en el cielo y culpamos a los ineficientes políticos porque ya no podemos ni siquiera comer.
7.-
Si no conocemos la historia, no podemos conocer los errores de la humanidad. Entonces no podemos evitar caer en los mismos errores que cometieron nuestros antepasados. En un rápido vistazo por la historia encontramos situaciones que juraríamos haber vivido, por dar un ejemplo accesible: cuando en el poder estuvieron personas de mucho dinero las leyes de los gobiernos favorecían a la gente rica, y cuando en el gobierno estaban los reyes las leyes favorecían a la nobleza, si embargo en los dos casos las leyes olvidaban a la clase obrera (Europa entre los Siglo XVIII y XIX). En la actualidad si en el poder están las personas de mucho dinero(y al hablar de poder no hablo de gobiernos, ya que estos no representan el verdadero poder) las leyes favorecen a la gente en el poder y perjudica a la clase obrera que trabajan como verdaderos esclavos(esto no está muy lejos de la realidad), y sin en el poder hay monarcas las leyes favorecen a la gente con el poder económico....
8.-
“Los adolescentes de hoy son unos maleducados... ”como dirían algunas de nuestras vecinas y conocidas... pero, a diferencia de lo que opinan estas señoras, no lo son porque insultan, eso es por ignorancia. Son maleducados porque no se interesan en los 7 puntos anteriores. Son maleducados porque no se interesan en mejorar como personas ni en mejorar al mundo. Y son maleducados porque nadie se encargó de educarlos correctamente.
Conclusión final: ¿Los adolescentes de hoy no tienen solución? No, simplemente estamos perdidos y es necesario encontrar un camino. ¿Ese camino cuál es? El camino es la preocupación pero no la desesperación por las problemáticas actuales. La educación, la cultura, el respeto y la responsabilidad son factores de suma importancia para empezar a solucionar los problemas actuales. Dichos factores deben ser proporcionales a la edad de los adolescentes. ¿Es Dios una forma de encontrar el camino? Si, todas las religiones coinciden en que Dios, Alá, Buda, Jehová, etc. son la fuente de todas las cosas buenas sobre la tierra entonces cumpliendo la voluntad de Dios estaremos haciéndole un bien al planeta. Pero no hay que esperar una intervención divina en las problemáticas porque nos vamos a llevar una gran decepción. Dios no es la solución a los problemas, sino su voluntad, que debería ser la voluntad de todos los hombres, porque después de todo ¿Quién no puede llegar a querer el progreso de la humanidad?
Los adolescentes de hoy tenemos la misma capacidad que los adolescentes de hace cincuenta años, y además tenemos avances científicos que nos facilitan la vida. El problema es la orientación. Estamos desorientados, y la culpa no es solo nuestra. No nos pueden decir: “son un maleducados” si los que nos educan son ustedes. Si la humanidad se autodestruye no es culpa de las generaciones futuras, sino de los que tienen el poder a costa de las clases oprimidas, y que se aseguran de quitarle la posibilidad de cambiar de condición en el futuro, porque la codicia los invade y no quieren perder el poderío que ya tienen, al contrario, quieren incrementar su poder a costa de todos nosotros, las generaciones futuras y actuales.